Supongo que todos tenemos nuestras manías, costumbres, procedimientos, TOCs o cómo queramos llamarlo. Desde hace muchos años, no es un secreto, programo mi jornada en la ducha ¿qué necesito hacer hoy? ¿qué tengo pendiente? ¿cómo debo de priorizar? ¿qué es necesario y qué es opcional? Hay veces que uso la mampara de la ducha para hacer una lista. Suelo hacer una foto de la lista al salir de la ducha. Entiendo que todos tenemos nuestro ritual, cada uno a su manera.
Llevo desde que empecé a trabajar auto-exigiéndome el máximo cada día. Todos los días me digo a mí mismo que tengo que hacer que mi empresa entienda que obtiene más de lo que da por mi trabajo y, por otro lado, que oriento todo lo que depende de mí hacia una mayor rentabilidad. Creo que todos deberíamos de hacer este razonamiento y sentir la empresa como nuestra, ese sentimiento de pertenencia es lo que nos permite a cualquier rol con responsabilidad entender qué aporta valor y hacerlo, en lugar de dedicarse a calentar la silla. Hacer esa lista en este «momento de paz», antes de llegar a la oficina, con la cabeza 100% libre de ruido, siempre me ha ayudado a enfocar el día. Otras veces salir a correr ayuda a desbloquear temas que llevas analizando durante mucho tiempo. En el momento que menos esperas aparece la solución de manera espontánea, como por arte de magia.
Un proyecto puede salir bien o salir mal, pero nunca puede salir mal porque no lo has intentado, analizado o trabajado lo suficiente. Hay muchos componentes y elementos externos que pueden hacer que un proyecto fracase, pero nunca puede ser porque no hemos hecho un análisis detallado de éste. Rompe los problemas en micro-problemas, priorízalos y busca la mejor manera de afrontar cada uno de ellos. Tampoco todo el mundo vale para todo tipo de problemas, hay que especializar a los recursos y afrontar la planificación asignando el mejor recurso para cada tarea. Casi tan importante como esto es después dejar al equipo trabajar sin interrupciones -salvo catástrofes impredecibles- durante el proyecto. Esto es casi un escenario de mínimos.
Tampoco es un secreto que sigo a Casey Neistat, uno de los mejores Youtubers que he visto y, creedme, he visto a unos cuantos. Creo que este hombre tiene una facilidad extrema para crear contenido de calidad y, sobre todo, para incluir en este contenido su experiencia de vida de una forma muy particular. Para mí es una especie de coach, algo así, que comparte estas lecciones de un modo natural. Leyendo los comentarios de seguidores en sus videos puedes ver como algunos de sus mensajes sirven de inspiración para mucha gente.
Esta semana Casey ha corrido la maratón de New York y, como no, ha compartido su experiencia a través de Youtube con un video creado a partir de contenido creado por él y otro que días antes pidió a sus seguidores que grabasen y compartiesen con él.
Mientras veía este video he estado pensando en los últimos meses años, en el esfuerzo personal, en lo que echo de menos muchos hobbies y aficiones que he dejado de lado y, al mismo tiempo, en lo que me gusta mi trabajo, en lo afortunado que soy por hacer algo que me gusta y en la suerte de haber tenido responsables/jefes que confían en ti, te escuchan y valoran tu esfuerzo.
Aunque todo el video merece la pena, me quedo con un momento de Casey durante la milla 15, en un momento de bajón:
Time to acknowledge that pain is just weakness leaving the body and every step of getting stronger
28/08/2024 -
Your blog is a beacon of light in the often murky waters of online content. Your thoughtful analysis and insightful commentary never fail to leave a lasting impression. Keep up the amazing work!
28/08/2024 -
Thank you Susan, I really appreciate you comment 🙂